Idioma original: Inglés
Título original: The remains of the day
Páginas: 251
Editorial: Anagrama
Año de edición: 1990
Valoración: Recomendable
Me ha gustado bastante este libro, si bien es cierto, que quizás empiezas a saborearlo una vez acabado y cuando vuelves a pensar en él. La obra más conocida del premio Nobel de literatura 2017, es desde mi punto de vista una triste historia de amor, a pesar de que paradójicamente no se hable nade de amor durante toda la novela, sino de sentimientos soterrados, reprimidos, larvados en el interior hasta que ya es demasiado tarde. Vidas entregadas a una profesión o dedicación que no dejan espacio para nada más. Vidas enteras buscando la excelencia en lo profesional o social, que conducen a la más absoluta soledad al final de las mismas, cuando ya nada se puede hacer, y uno comprende que la prioridad en algunas decisiones van cerrando caminos que a posterior desearías haber recorrido.
El protagonista, Stevens, un mayordomo de otra época, hijo de mayordomo, que considera que su plenitud como persona va indisolublemente acompañada a la excelencia en su profesión y ésta no es otra que satisfacer a su señor. Si al principio llegas a aborrecer el servilismo de Stevens, conforme vas avanzando vas empatizando con el mismo, llegando a contagiarte la inmensa tristeza que desprende el personaje, que es posible que haya alcanzado la “dignidad” máxima como mayordomo, aun sirviendo a un señor de dudosa moralidad, con el altísimo precio de no tener en la vida más que esa “dignidad”.
En resumen, un libro maravillosamente bien escrito, que transmite más por lo que no dice, que por lo que detalla. Un libro para leer tranquilo y volver a él, aun sin abrirlo, repetidas veces. Un libro recomendable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario