Idioma original: Italiano
Título original:
Páginas: 152
Editorial: Anagrama
Año de edición: 2025
Valoración: Muy Recomendable
Premio Strega 2025 (el único galardón, junto con el Goncourt, en el que todavía no he perdido la esperanza). No es un libro muy largo, apenas 150 páginas, pero te llega a lo más profundo de tu alma. No es una novela de terror, pero lo que cuenta es terrorífico. Terror casero como el que se vive en una familia donde el padre es un maltratador y la madre se encuentra tan anulada que se confunde con el decorado.
El narrador es el hijo pequeño de dicho matrimonio que intenta hacer cómplice al lector de la huida de su casa. De cómo vivir en esa familia o simplemente tener el más mínimo contacto con cualquiera de ellos, le supone dolor y no solamente mental sino incluso físico.
Escrito de forma aséptica, como si a pesar de ser el protagonista, el hijo no quisiera juzgar, el cuadro que nos detalla nos lleva a la angustia vital, a la claustrofobia social, a llegar a odiar el totalitarismo y la tremenda dictadura que se puede dar dentro de una familia, donde incluso el perdón a las más atroces actuaciones debe ser considerado como una ofrenda al agresor: ¡por favor ruego me perdones, por haberme enfadado cuando me has pegado! Atroz, pero real.
En definitiva, un libro duro, que no obstante se lee fácil gracias a un prosa fluida y capítulos cortos. Un libro que hay que afrontar en el estado de ánimo adecuado para acabarlo y darte cuenta de que las dictaduras se pueden dar en cualquier sitio, incluso en la puerta de al lado de tu casa.
Un libro cuya lectura recomiendo

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